En el frágil resplandor de un crepúsculo, cuando dos cuerpos se acercan como estrellas magnéticas y se consumen mutuamente en una danza lenta e infinita

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El cielo sigue enrojecido por las últimas luces del día a medida que sus siluetas se acercan, guiadas por una atracción irresistible. Su mano temblorosa roza un hombro desnudo, y ya un escalofrío recorre la piel como una ola de luz. Los cuerpos se doblan, se abrazan, se reconocen, como dos estrellas que finalmente se unen después de un largo deambular. Cada gesto es una caricia suspendida, cada aliento una estrella fugaz en el silencio de la noche. Y cuando los labios están sellados, es todo el crepúsculo el que se enciende en su carne ofrecida a la noche.

Publicado por Hot_ZONE6123
2 meses atrás
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